EL DIOS QUE YO CONOZCO

6.01. Documentos judíos provenientes de Egipto

El documento mencionado al final de la entrada anterior, es uno de más de 100, escritos sobre papiros en arameo. Fueron hallados en la isla de Elefantina, en el río Nilo, en las ruinas de una guarnición fronteriza colonizada por mercenarios judíos y sus familias.

Estos papiros arameos de Elefantina (a veces llamados erróneamente papiros de Asuán) forman una de las colecciones de documentos antiguos más interesantes. Hay testamentos, títulos de propiedad, contratos, cartas y otros documentos del siglo V AC, el siglo de Esdras y Nehemías.

Entre estos documentos, además de aludirse a los asuntos públicos y particulares de los judíos residentes en la isla, también hay mención de temas tan interesantes como los judíos en Palestina, la pascua, un funcionario mencionado en la Biblia, y un templo judío construido en Elefantina por los colonos.

Estos papiros, algunos de los cuales aún estaban enrollados y con su sello, nos muestran la forma exacta del idioma que hablaban los judíos después del exilio: el arameo, muy similar al hebreo, que se usaba internacionalmente en Babilonia y en todo el Imperio Persa. También nos revelan la ortografía y la caligrafía, la tinta y el "papel" que se empleaban cuando los exiliados regresaron a Palestina. Contienen la fraseología legal de un decreto similar a los que se citan de los archivos persas en el libro de Esdras: los mismos pasajes arameos del libro de Esdras que algunos críticos citaban como pruebas de que dicho libro, según ellos, no era auténtico.

Los antiguos papiros de Elefantina hicieron surgir diferencias de opinión entre los eruditos, y hasta algunos los consideraron como falsificaciones por la forma insólita en que muchos de ellos llevan la fecha. Se trata de una fecha doble, expresada según dos calendarios diferentes, cuyos años de reinado algunas veces parecen no coincidir. Pero estas fechas dobles constituyen una excelente prueba de su autenticidad, porque sincronizan las fechas del calendario egipcio con las del judío, de manera que podemos calcular el día exacto cuando fueron escritas. Estas fechas confirman la cronología de los reinados de ese período según se computa en el Canon de Tolomeo.

Los colonos judíos de Elefantina habían estado en Egipto antes de que Cambises, sucesor de Ciro, conquistase al país y lo transformara en parte del Imperio Persa. No sabemos si llegaron como exiliados después de que Nabucodonosor destruyó a Jerusalén, como lo habían hecho los que se llevaron consigo al profeta Jeremías. Pero las referencias que en estos documentos se hacen a la religión revelan las mismas condiciones que Jeremías había deplorado: la mezcla de paganismo con el culto a Jehová. En el templo judío de Elefantina se adoraba a Jehová junto con las deidades paganas.

No sólo resultan interesantes las fechas y los contenidos de estos documentos judíos, sino que las fechas nos proporcionan información acerca del calendario judío del período.

5.06. El año postexílico en la Biblia

Ezequiel no deja en claro si los años de su era, comenzando con el exilio de Joaquín, se computaban a partir de Nisán o de Tishri, o si se los contaba por aniversarios de la fecha del cautiverio del rey. Pero si Ezequiel computó el año a partir de la primavera, como generalmente se cree, puede haber procedido así porque vivía en Babilonia y usaba el calendario oficial babilónico, en el cual el año comenzaba con Nisanu (Nisán). De ser así, su sistema no hubiera tenido nada que ver con la práctica judía.

Se cree generalmente que Hageo, y también, posiblemente, su contemporáneo y colega Zacarías (aunque en este caso no hay seguridad), usaron el año contado a partir de la primavera, porque si los acontecimientos narrados en Hageo 1: 1 y 2: 1, 10 están en orden cronológico, los meses 7º y 9º siguieron al 6º mes del 2º año de Darío, lo que no podría haber ocurrido si en el 7º mes se hubiese comenzado un nuevo año.

El libro de Ester, que identifica a Nisán como 1er. mes, Siván como 3º y Adar como 12º, no aclara la forma en que computaban los judíos el comienzo del año, puesto que las fechas en este libro aparecen en relación con actos oficiales de los magistrados del gobierno persa. Quizá esos acontecimientos estaban fechados según el calendario babilónico, adoptado por los gobernantes persas desde el momento cuando Ciro conquistó Babilonia.

En tiempos de Esdras y Nehemías (Esdras y Nehemías fueron originalmente un solo libro), hay pruebas de que los judíos que habían vuelto a Palestina contaban los años del rey a partir del otoño, probablemente según el calendario civil cuyo año comenzaba en Tishri.

Nehemías menciona el mes de Kislev (Quisleu o 9º mes) como anterior a Nisán (el 1er. mes) en el 20º año de Artajerjes (Nehemías 1: 1; 2: 1). Evidentemente computaba así como se habían computado los años de reinado en el antiguo reino de Judá, a partir del 7º mes, el de Tishri, y no de acuerdo al año nuevo persa, en Nisán.

Aunque los acontecimientos mencionados en estos dos meses sucedieron en el palacio del rey persa, el libro no fue escrito hasta después de que Nehemías fuera a Jerusalén para reconstruir allí la comunidad judía. En tal situación - durante la restauración de una administración judía en la antigua capital de Judá - era natural que hubiese un resurgimiento de patriotismo y un retorno al antiguo calendario y año de reinado de Judá.

Además, el documento de una colonia judía en Egipto, escrito en el mismo siglo de Esdras y Nehemías, indica que también los judíos de Egipto usaban un calendario cuyo año comenzaba en el otoño.