EL DIOS QUE YO CONOZCO

2.01. El día de tarde a tarde

Para el hebreo el día comenzaba al atardecer, como se ve claramente por la regla de que el día 10.º del 7.º mes debía comenzar con la puesta del sol del día 9.º :

"Día de reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras almas, comenzando a los nueve días del mes en la tarde; de tarde a tarde guardaréis vuestro reposo" (Levítico 23:32).

La terminación del día al ponerse el sol queda demostrada por las directivas para la purificación. El que estuviese ceremonialmente impuro durante 7 días, cumplía ciertas ceremonias purificadoras el día 7.º, y quedaba limpio nuevamente "a la noche":

"Y cualquiera que tocare algún muerto a espada sobre la faz del campo, o algún cadáver, o hueso humano, o sepulcro, siete días será inmundo... Y el limpio rociará sobre el inmundo al tercero y al séptimo día; y cuando lo haya purificado al día séptimo, él lavará luego sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será limpio a la noche" Números 19: 16, 19).

Del que estaba inmundo hasta la noche se dice que quedaba limpio "cuando el sol se pusiere":

"La persona que lo tocare será inmunda hasta la noche, y no comerá de las cosas sagradas antes que haya lavado su cuerpo con agua. Cuando el sol se pusiere, será limpio; y después podrá comer las cosas sagradas, porque su alimento es" (Levítico 22: 6, 7).

Entonces, es obvio que si el 7.º día de un período acaba a la puesta del sol, todos los días del período deben también terminar a la puesta del sol.

1.03. "Este mes os será principio de los meses"

Los hebreos heredaron los elementos del calendario de sus antepasados semíticos, quienes desde tiempos inmemoriales habían calculado sus meses según la Luna.

Suponemos que para Abrahán, como también para sus vecinos mesopotámicos de Ur, cada nuevo mes, y en consecuencia el primer día del mes, comenzaba con la aparición de la luna nueva al atardecer, y sus descendientes no tendrían por qué cambiar su práctica.

Aun mientras estuvieron en Egipto, no hubo necesidad de que abandonasen su día, que computaban de atardecer a atardecer, ni su mes lunar, para adoptar el calendario solar egipcio de 365 días, porque estos barbudos pastores semitas, que eran abominación para los egipcios, vivían aparte en Gosén siguiendo sus propias costumbres.

Aunque en buena medida habían descuidado el sábado , indudablemente conservaban el conocimiento de este día santo semanal y del mes lunar, porque aun un esclavo fabricante de ladrillos podía contar siete días y observar la aparición de la luna nueva.

Pero también es posible que se hubieran confundido en cuanto a cuál de las lunas nuevas debía marcar el comienzo del año calendario. Si acaso habían retenido el método de añadir periódicamente un mes, como lo hacían en Mesopotamia los babilonios y los asirios, no tenemos de ello registro. En verdad, esta práctica no se menciona en la Biblia, aunque es evidente que está implicada en el calendario mosaico.

Ya sea porque no sabían cuándo debía comenzar el año, o para apartarlos del culto pagano relacionado con el año cananeo que comenzaba en otoño [del hemisferio norte], Dios les señaló definidamente el mes de primavera cuando debían comenzar a computar el año.

Poco antes del éxodo le dijo a Moisés: "Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero de los meses del año" (Éxodo 12:2).

No hubo ninguna codificación sistemática del calendario, pero las leyes civiles y ceremoniales dadas mediante Moisés contienen referencias ocasionales a los elementos del calendario.