EL DIOS QUE YO CONOZCO

2.03. El mes regulado por la Luna

Las dos palabras hebreas traducidas "mes" son:

(1) yeraj, palabra relacionada con yaréaj, "Luna", y

(2) jódesh, literalmente "la nueva", que se refiere a la "luna nueva", o sea el "día de la luna nueva", y por lo tanto un mes lunar, de la raíz jadash, "renovar". Yaréaj se usa poco, la palabra común es jódesh.

El mes cuando los israelitas salieron de Egipto fue establecido como el primero del año. Se lo llamó Abib, el "mes de las espigas" de cereal. Era el mes del comienzo de la cosecha en Palestina. Más tarde se lo llamó Nisán, nombre que perdura hasta hoy:

"La fiesta de los panes sin levadura guardarás. Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque en él saliste de Egipto; y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías" (Éxodo 23: 15).

"La fiesta de los panes sin levadura guardarás; siete días comerás pan sin levadura, según te he mandado, en el tiempo señalado del mes de Abib; porque en el mes de Abib saliste de Egipto" (Éxodo 34: 18).

"Guardarás el mes de Abib, y harás pascua a Jehová tu Dios; porque en el mes de Abib te sacó Jehová tu Dios de Egipto, de noche" (Deuteronomio 16: 1).

"En el mes primero, que es el mes de Nisán, en el año duodécimo del rey Asuero, fue echada Pur, esto es, la suerte, delante de Amán, suerte para cada día y cada mes del año; y salió el mes duodécimo, que es el mes de Adar" (Ester 3: 7).

Evidentemente se trataba de un mes lunar al cual los hebreos estaban ya acostumbrados, pues nada se dice en cuanto a la institución de un nuevo tipo de mes. Si se hubiese cambiado de un mes solar a uno lunar, se habría necesitado dar alguna clase de instrucción sobre la manera de calcular el nuevo mes. La única innovación era que "este mes" debía ser el primero, ya que presumiblemente no lo había sido antes.

El primer día del mes era considerado especial, y se lo celebraba al son de trompetas y con sacrificios adicionales:

"Y en el día de vuestra alegría, y en vuestras solemnidades, y en los principios de vuestros meses, tocaréis las trompetas sobre vuestros holocaustos, y sobre los sacrificios de paz, y os serán por memoria delante de vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios" (Números 10: 10).

"Al comienzo de vuestros meses ofreceréis en holocausto a Jehová dos becerros de la vacada, un carnero, y siete corderos de un año sin defecto; y tres décimas de flor de harina amasada con aceite, como ofrenda con cada becerro; y dos décimas de flor de harina amasada con aceite, como ofrenda con cada carnero; y una décima de flor de harina amasada con aceite, en ofrenda que se ofrecerá con cada cordero; holocausto de olor grato, ofrenda encendida a Jehová. Y sus libaciones de vino, medio hin con cada becerro, y la tercera parte de un hin con cada carnero, y la cuarta parte de un hin con cada cordero. Este es el holocausto de cada mes por todos los meses del año" (Números 28: 11-14).

Se menciona con frecuencia la luna nueva junto con los días de reposo y días de fiestas:

"El dijo: ¿Para qué vas a verle hoy? No es nueva luna, ni día de reposo*. Y ella respondió: Paz" (2 Reyes 4: 23).

"No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo,* el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas" (Isaías 1:13, 14).

"Y de mes en mes, y de día de reposo* en día de reposo*, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová" (Isaías 66: 23).

Un incidente de la época de David muestra que el mes comenzaba con el día de luna nueva:

Después que Saúl hubo intentado quitarle la vida, David probó las intenciones del rey hacia él ausentándose de la mesa real en la fiesta de la nueva luna. Saúl no dijo nada el día de luna nueva, pero su ira explotó cuando el lugar de David estuvo vacío también "el segundo día de la nueva luna":

"David, pues, se escondió en el campo, y cuando llegó la nueva luna, se sentó el rey a comer pan. Y el rey se sentó en su silla, como solía, en el asiento junto a la pared, y Jonatán se levantó, y se sentó Abner al lado de Saúl, y el lugar de David quedó vacío. Mas aquel día Saúl no dijo nada, porque se decía: Le habrá acontecido algo, y no está limpio; de seguro no está purificado. Al siguiente día, el segundo día de la nueva luna, aconteció también que el asiento de David quedó vacío. Y Saúl dijo a Jonatán su hijo: ¿Por qué no ha venido a comer el hijo de Isaí hoy ni ayer?" (1 Samuel 20: 24-27).

Es pues evidente que el primer día del mes, tal como sería de esperar en un calendario lunar, era el día de luna nueva (cuando se veía la luna nueva, no la fecha astronómico de la luna nueva).
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*Aquí equivale a sábado.